Carta al profe, o no todo está perdido

Mi amigo Carlos es profesor en Buenos Aires. Trabaja con chicos de quinto año de secundaria. Hace tiempo que está preocupado con el tema de la violencia en clase, en el mal trato entre compañeros, o en las agresiones hacia los profesores.
Hace poco organizó una clase sobre el tema con sus alumnos, y les pidió a los chicos que escriban lo que pensaban al respecto.
Una de sus alumnas, que cuenta mi amigo que suele ser la típica "callada" que pasa siempre desapercibida, le escribió una carta, que reproduzco con la debida autorización del "profe":
Hola Profe, a ver si puedo encontrar alguna palabra que lo ayude...
Vengo de leer que Gorriarán Merlo acaba de presentar en sociedad su propio y flamante partido político. O sea, el tipo es un delincuente por activa y por pasiva, involucrado en secuestros, asesinatos, extorsiones, con la muerte sobre su conciencia de los conscriptos de la tablada y tantos militantes propios que mandó al muere como corderitos. En cualquier país serio del mundo estaría preso a perpetuidad y además nadie le daría legitimidad para opinar de nada. En Argentina, con el aval de los defensores de los "derechos humanos", está suelto y encima dando lecciones de "democracia". Eso es violencia.
Los piqueteros viajando a Mar del Plata y rompiendo autos o golpeando a todo aquel que quiera quebrar la línea mientras la policía mira para otro lado con el aval del gobierno, los tipos que mueren cada día al resistirse a un asalto, la bonaerense secuestradora, los pibes de la calle revolviendo la basura, los punteros políticos repartiendo los planes trabajar en las villas como arma para juntar votos, barrios enteros copados por "hermanos latinoamericanos" (bolivianos, paraguayos, peruanos) que hunden los salarios y los beneficios laborales y sociales de los argentinos, además de obtener la nacionalidad a cambio de coimas o venir a parir para tener sus documentos mientras los hospitales colapsan por falta de espacio y recursos, todas las muertes y "tragedias" impunes empezando por la AMIA y "no se olviden de Cabezas" hasta "Cromañón" sin que ningún político renuncie y sin que nadie vaya preso, los medios que ensalzan la "cultura villera" y el "aguante los chorros" exaltando lo marginal y atacando cada día los valores esenciales, la droga que se cuela en el congreso y en los colegios con la complicidad de todos los poderosos que se benefician con esto. Todo eso también es violencia.
Creo que en un país así, el hecho de que 7 alumnos sobre 37 sean "violentos" es sorprendente, ya que me hace pensar que no todo está perdido, y que hay 30 adolescentes con la suficiente fuerza como para resistir a toda la porqueria que los rodea.
La pregunta, es cuál es el rol del docente, del tipo que ama la docencia, ante una realidad tan jodida.
Encima, en una sociedad que no valora a los docentes.
Cuando la falta de respeto y la violencia son la norma, es dificil exigirle nada a chicos que se están formando con esos modelos.
Creo que el primer paso es el ejemplo, demostrar en los hechos y en las palabras, que contra viento y marea nuestros valores son radicalmente opuestos a los dominantes.
La humildad, la conciencia que más de una vez más que estar ahí para enseñar nada el "profe" tendrá que estar ahí para escucharnos y comprendernos un poco
Más de una vez le tocará suspender una clase magistral de literatura para dedicar la hora a escuchar lo que sus alumnos tengamos para decir, por más vulgar o pobre que sea la forma de expresarlo.
A veces debe ser frustrante lidiar con nosotros, agotador, la sensación de estar arando en el mar, que lo suyo no vale para nada, que todo lo que le gustaría enseñar no le interesa a nadie, y encima le pagan dos mangos
Lo peor de todo es que sigue haciéndolo!!!
Si le sirve de algo, pienso seguir estudiando cuando termine la secundaria, y algunas de sus palabras las guardaré en mi recuerdo.
Eso es la docencia:
Rescatar una flor entre el barro, y por esa flor se justifica todo el cansancio y toda la suciedad. La carta sigue, pero lo esencial está dicho.
Gracias a Dios, y al esfuerzo anonimo de tantas personas, seguimos de pie, aunque vengan degollando!