Leyendo la prensa internacional (me refiero a la del mundo "civilizado", reivindicando la visión de Sarmiento) cuando se habla de política se menciona siempre la idea o partido político, y en segundo término el apellido en cuestión. Así, encontramos: el republicano Bush, el demócrata Clinton, el socialista Rodríguez (Zapatero), el conservador Chirac, el laborista Blair, la demócratacristiana Soledad Alvear...En la década de los 80 esto funcionaba igual en Argentina, cuando se pensaba que se iba a consolidar casi sin esfuerzos la democracia y el sistema bipartidista. En un alarde de modernidad, habia dirigentes del PJ que se molestaban cuando se les llamaba "peronistas" y preferían el término "justicialistas", más próximo a una idea que a una persona en particular. A medida que la cosa se fue deteriorando y el sistema de partidos entró en crisis, la política argentina se fué volviendo más y más personalista y primitiva. Hoy en día, ya poco importa el origen partidario de un legislador, por caso, sino más bien identificar con claridad a que caudillejo representa. Los diarios nos hablan de diputados menemistas, o alfonsinistas, y ya ni siquiera se molestan en hacer referencias partidarias. Las ideas políticas en la Argentina de hoy: kirchneristas, duhaldistas, macristas, murphistas, alfonsinistas, riquistas, delasotistas, delarruístas (alguno quedará), chachistas (por Alvarez), chichistas (por la Sra. de Duhalde, claro), menemistas, y siguen las "corrientes ideológicas", digo, las firmas...Pregunta de exámen: ¿Cómo se llama un diputado afín a Reutemann? ¿Loleísta, Reutemannista? ¿Y un seguidor de Elisa Carrió? ¿Lilitista, exgordacarrióista? Por último, tema de tesis para un Doctorado en Ciencias Políticas: explicar la diferencia entre un kirchnerista convertido y un duhaldista arrepentido. Ambas definiciones aparecen en los diarios de hoy. Sin partidos políticos y sin instituciones, no hay Democracia posible.
