En el nombre del Arte
El arte, como la religión, no puede ser excusa para la impunidad. Escudándose en la creatividad se insulta, se ofende y se ridiculizan gratuitamente los sentimientos ajenos, y eso no se puede reprochar ni cuestionar ya que se hace pasar como “libertad de expresión”. Cinismo en estado puro. Mi derecho a la creatividad no puede ser nunca más fuerte que el derecho de los demás a su dignidad. En Argentina hemos sufrido la dictadura de los ignorantes y de los imbéciles. Los militares del proceso prohibieron el tango “Cambalache” por derrotista y censuraron a Minguito Tinguitela por deformar la lengua castellana. Esta clase de estupideces son las que hacen que hoy sintamos horror a todo lo que sea poner límites. Pero los límites existen, son parte de la vida y de la convivencia. En España, un escritor “muy creativo” publicó, también con fondos públicos, una novela donde el protagonista, presentado como un auténtico héroe, disfruta violando mujeres y golpeándolas hasta la muerte. Todas sus protestas y sus alegatos a favor de la libertad de expresión han quedado en nada, y no han podido impedir que la justicia ordenara secuestrar y retirar de circulación todos los ejemplares de la “obra de arte” en cuestión. En un país donde la violencia de género es un drama cotidiano, el Juez encontró un límite a la “creatividad” y entendió que hay cosas con las que no se juega, y mucho menos empleando el dinero del Estado. También un religioso, en este caso un clérigo musulmán, acaba de ingresar en prisión condenado por la Justicia por hacer apología de la violencia. El hombre se defendió diciendo que solo se había limitado a difundir las enseñanzas del Corán, referidas a la sumisión de la mujer con respecto al varón, y del derecho del marido a emplear la violencia física para enderezar a su compañera. Ni la creatividad artística ni las creencias religiosas pueden servir de coartada cuando se utilizan para violar los derechos, la identidad, y la dignidad de los demás.
0 Comments:
Post a Comment
<< Home